
En la búsqueda de fomentar el sentido de pertenencia de sus habitantes, valorar sus culturas ancestrales y preservar su identidad, el territorio latinoamericano reconoce una arquitectura con amplios matices y características regionales. El uso de técnicas constructivas y materiales locales o el diálogo entre lo modular y lo vérnaculo, entre otras cuestiones, reconocen la intención de promover la participación de comunidades nativas, estudiantes y sus familias, pueblos originarios y constructores locales durante el proceso de construcción y diseño de una gran variedad de escuelas rurales a lo largo de la extensión de América Latina.
Según el informe del Banco Mundial, "Latinoamérica indígena en el siglo XXI", se estima que alrededor de 42 millones de personas pertenecientes a comunidades indígenas habitan en América Latina. México, Guatemala, Perú y Bolivia se encuentran entre los países con las mayores poblaciones indígenas, representando en conjunto más del 80 % del total regional. Desde la arquitectura, mantener un diálogo que comprenda y respete las particularidades culturales y espirituales de los pueblos originarios da lugar a proyectos capaces de conservar su identidad y reflejar su herencia cultural. La Escuela La Piedra de Correa 3 Arquitectos en Chile, por ejemplo, se destina a la comunidad Mapuche de Galvarino con un diseño que incluye elementos como la circunferencia, los puntos cardinales y la ortogonalidad junto a la integración del sol, la luna y la tierra, y un espacio dedicado a las ceremonias con el Canelo. Más allá de cumplir con las necesidades educativas, se busca promover la igualdad y conexión con la naturaleza y la espiritualidad mediante, en este caso, la disposición en círculo de las aulas y el ingreso del primer rayo de sol. De esta manera, los elementos fundamentales de su cosmovisión forman parte de la concepción del proyecto.

Continuando en el marco del ámbito educativo, prácticas como la asociación Semillas en la selva peruana combinan el encuentro y la participación comunitaria junto a la implementación de estrategias bioclimáticas o el uso de recursos locales de cara a crear una arquitectura relacionada con su entorno natural y su propia historia. Entendiendo el rol de las infraestructuras educativas como más que simples escuelas al proporcionar espacios versátiles y multifuncionales con impacto en el aprendizaje y desarrollo de las comunidades, las dinámicas de colaboración colectivas aspiran a transmitir conceptos y conocimientos sobre arquitectura vernácula y además satisfacer las necesidades fundamentales. El uso de la tierra, la madera, el bambú, el ladrillo, la caña brava y demás materiales dan cuenta de la diversidad de métodos de construcción y personalidades locales provenientes de las diferentes geografías latinoamericanas.
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A continuación, descubre una selección de seis escuelas rurales ubicadas en México, Perú y Brasil que han desarrollado iniciativas para involucrar a las comunidades locales junto a sus estudiantes y familias en diferentes etapas de su proceso de construcción y diseño. Estructuras ligeras, cubiertas inclinadas, cerramientos flexibles y disposiciones de planta abierta presentan en común estos seis casos de estudio que demuestran amplias posibilidades de actuación e intervención de las comunidades frente a diferentes condiciones y entornos. De hecho, el uso de la madera o el bambú se destaca en espacios interiores y exteriores por su aplicación tanto en estructuras como mobiliarios y revestimientos.
Escuela Rural en Oaxaca / Territorio Estudio
San Andrés Huayapam, México

Tras reflexionar sobre los espacios educativos en la actualidad, la Escuela Rural en Oaxaca utiliza materiales de construcción reciclados o adquiridos dentro de la misma comunidad buscando promover un mayor vínculo entre los estudiantes, el entorno y el paisaje. Además, el programa se vuelve completamente educativo al integrar a los estudiantes en los procesos regenerativos llevados a cabo en el área abierta de la escuela, a través del humedal que trata el agua, el jardín comunitario, el compost y los corrales de ovejas y gallinas como parte de la propuesta educativa. De esta manera, el personal docente, mayormente de la comunidad, plantea promover una relación social más cercana entre la población local y el espacio.

Escuela primaria y secundaria, El Huabo / Semillas

Sobre la selva del norte de Perú, la escuela primaria y secundaria para el caserío El Huabo propuso un proceso de diseño y constructivo promoviendo la participación comunitaria y de los estudiantes. A través de un taller de carpintería, los estudiantes durante las horas de Educación para el Trabajo (curso del currículo escolar) construyeron los mobiliarios escolares mientras que también se desarrollaron talleres de paisajismo para implementar en los jardines con la cooperación de La agencia Agraria de San Ignacio. Además, una finca educativa de café tiene lugar gracias a la cooperación de la empresa Volcafe. Cabe destacar que todas estas acciones hicieron posibles varios proyectos educativos paralelos a la construcción de la escuela dando lugar a, como sostiene su equipo de proyecto, una "escuela viva" donde sus beneficiarios son productores de la misma.

Escuela Waldorf Ecoara / Shieh Arquitetos Associados
Valinhos, Brasil

La Escuela Waldorf Ecoara se trata de una escuela asociativa donde los padres participan activamente. Por lo tanto, se decide crear una actividad constructiva para dar un sentido de pertenencia al grupo. Las paredes se construyeron con la técnica tradicional de taipa de mão, que consiste en entrelazar listones de madera verticales y horizontales a la estructura principal formando un gran panel que luego es rellenado con arcilla compactada, que será puesta por padres e hijos en una actividad lúdica y bastante simbólica. Es más, los especialistas en tierra apisonada dieron un curso práctico de formación a la comunidad de Ecoara y a los trabajadores de la construcción. La idea se centra en difundir el uso de la técnica, olvidada en su versión tradicional y aún poco utilizada en su versión moderna, teniendo en cuenta los respectivos controles tecnológicos de la mezcla.

Nueva Escuela en la Comunidad Nativa de Jerusalén de Miñaro / Semillas
San Martín de Pangoa, Perú

En el distrito de Pangoa, el proyecto propone una metodología de trabajo integral con la cooperación de distintas instituciones nacionales e internacionales y la participación de la comunidad en todas las etapas del proyecto. Durante las etapas de diagnóstico y diseño, se llevaron a cabo talleres con los alumnos, padres de familia y profesores para determinar las necesidades de la comunidad, sus dinámicas y sueños para la futura escuela. La construcción se desarrolló guiada por el trabajo de maestros constructores especializados y trabajadores de la comunidad. La mano de obra local permitió la transferencia de conocimiento a través de la experiencia de trabajo in situ junto a talleres de capacitación a lo largo de todo el proceso de construcción. Así, el proyecto propone procesos que impulsen el intercambio de conocimientos, revaloricen los recursos humanos y materiales locales y promuevan espacios flexibles alineados con los nuevos enfoques pedagógicos.

Crece tu escuela / Lucila Aguilar Arquitectos
Tuzantán, Chiapas, México

Mejorando las condiciones de una escuela en la comunidad Unión Mexicana en Tuzantán, Chiapas, el proyecto retoma elementos preexistentes combinados con elementos nuevos. En su realización, la participación de voluntarios de la comunidad fue fundamental tras realizar muchos de los trabajos de construcción de la escuela. Además, los niños se integraron en las actividades de rehabilitación a través de la pintura de un mural sobre una de las fachadas. El objetivo radicó en impulsar el potencial de los niños de la comunidad al mismo tiempo que se generó un sentido de unión entre los habitantes de la zona que participaron activamente en todo el proceso desde la planificación hasta la construcción.

Pueblo Infantil / Rosenbaum + Aleph Zero
Formoso do Araguaia, Brasil

El proyecto Pueblo Infantil avanza hacia la transformación, el rescate cultural, el fomento de las técnicas constructivas locales, la belleza indígena y sus conocimientos, junto con la construcción de la noción de pertenencia, necesaria para el desarrollo de los niños de la escuela Canuanã. Espacios interactivos como sala de TV, espacio de lectura, balcones, patios, hamacas, entre otros, componen los programas complementarios diseñados con los estudiantes para mejorar la calidad de vida y afinar el vínculo entre los estudiantes y la escuela. Así, además de albergar a más niños, los nuevos pueblos tienen como objetivo aumentar la autoestima de los niños a través del uso de técnicas locales, creando un puente entre las técnicas vernáculas y un nuevo modelo de vivienda sostenible.

Este artículo es parte de una serie curada de ArchDaily que se centra en proyectos construidos de nuestra biblioteca de datos agrupados bajo temas específicos relacionados con ciudades, tipologías, materiales o programas. Cada mes, destacaremos una colección de estructuras que encuentran un hilo común entre contextos previamente no comunes, desentrañando las profundidades de influencia en nuestros entornos construidos. Como siempre, en ArchDaily, valoramos mucho las contribuciones de nuestros lectores y lectoras. Si crees que deberíamos mencionar ideas específicas, envíanos tus sugerencias.