Durante la exposición Time Space Existence, organizada por el Centro Cultural Europeo en Venecia, el arquitecto galardonado con el Premio Pritzker Alejandro Aravena y su firma ELEMENTAL presentaron un prototipo a escala real para un nuevo enfoque en soluciones de vivienda incremental. Titulado el Núcleo USB, que significa prototipo de vivienda de Unidad de Servicios Básicos, esta propuesta tiene como objetivo demostrar cómo la construcción eficiente puede proporcionar todos los componentes esenciales de la vivienda en un espacio mínimo. El prototipo es también el resultado de una colaboración entre la oficina de arquitectura y el fabricante e investigador de concreto Holcim, y está construido a partir de un nuevo tipo de mezcla de concreto neto cero. También incorpora agregados completamente reciclados, en alineación con los principios de economía circular. La colaboración tiene como objetivo demostrar una forma más consciente del medio ambiente y rentable de proporcionar servicios esenciales a comunidades en riesgo sin dañar el planeta.
Mientras estaba en el sitio en Venecia, la editora gerente de ArchDaily, Maria-Cristina Florian, tuvo la oportunidad de sentarse con Alejandro Aravena y discutir las implicaciones de esta colaboración, la urgente necesidad de vivienda y el papel del arquitecto como coordinador de un proceso que involucra a muchos actores.
Los entornos húmedos presentan algunos de los desafíos más complejos en el diseño arquitectónico. Desde la temporada de monzones tropicales del sudeste asiático hasta el calor ecuatorial de África Central, estos entornos exigen soluciones que consideren la intensa humedad, las altas temperaturas y la constante lucha contra el moho, la descomposición y el estancamiento. Sin embargo, durante siglos, las comunidades en estas regiones han desarrollado técnicas arquitectónicas que no luchan contra la humedad, sino que trabajan con ella, aprovechando materiales locales, diseño sensible al clima y técnicas de enfriamiento pasivo para crear espacios sostenibles y habitables. Al considerar la atmósfera como un fenómeno sensorial y climático, los arquitectos y arquitectas crearán espacios que no solo son evocadores, sino también responsivos, adaptativos y sostenibles.
La arquitectura y sus cualidades atmosféricas han sido durante mucho tiempo un tema de discusión, sin embargo, alcanzar un consenso sobre el asunto sigue siendo elusivo. Esto se debe en gran parte a que la experiencia espacial es profundamente personal—arraigada en emociones, percepciones sensoriales y preferencias individuales que son difíciles de articular solo con palabras. La forma en que uno percibe, siente e interactúa con un espacio añade otra capa de complejidad, lo que hace que sea un desafío definir y estar de acuerdo sobre su impacto atmosférico. No obstante, los arquitectos y diseñadores se esfuerzan continuamente por moldear entornos que no solo sean funcionales y cómodos, sino también capaces de evocar emociones y dejar una impresión duradera en sus ocupantes.
La sostenibilidad en la arquitectura a menudo se enmarca como un desafío universal, llevando a soluciones estandarizadas que priorizan la eficiencia sobre el contexto. Sin embargo, la arquitectura está inherentemente ligada a su entorno: los edificios interactúan con el clima, la topografía y la historia cultural de maneras que exigen especificidad. En lugar de depender de listas de verificación de sostenibilidad estandarizadas, ¿cómo puede la arquitectura abrazar soluciones específicas para cada sitio? Esta conversación está profundamente conectada al concepto de Genius Loci, o el espíritu de un lugar, introducido por Christian Norberg-Schulz y abrazado por arquitectos/as que abogan por diseños que resuenen con su entorno. Sugiere que la arquitectura no debe imponerse sobre un sitio, sino más bien emerger de él, informada por sus materiales, clima y significado cultural. Esta filosofía desafía la aplicación generalizada de tecnologías sostenibles genéricas, proponiendo en cambio que la sostenibilidad debe estar inherentemente ligada a la ubicación en la que opera.
El desierto es un territorio en constante transformación. Moldeado por el soplo de los vientos, sus relieves, ondulaciones y fisuras aparecen y desaparecen en la inmensidad árida, como si el paisaje fuera una pantalla en movimiento. Un lugar de contrastes profundos, donde el calor implacable del día se disuelve en la frescura de la noche, revelando la naturaleza en su esencia más primitiva. Ante esta geografía mutable e indomable, ¿cómo concebir una arquitectura que no solo se integre, sino que también respete y dialogue con un ambiente remoto y en continua metamorfosis? Este es el desafío que enfrentan los proyectos hoteleros ubicados en el paisaje desértico de América Latina.
La preservación del medio ambiente y la integración armónica entre lo construido y lo natural son principios fundamentales de la arquitectura contemporánea. Para alcanzar este equilibrio, se adoptan diversas estrategias de diseño, que abarcan desde el rescate de técnicas vernáculas hasta la aplicación de tecnologías avanzadas. Sin embargo, más que el uso de sistemas constructivos específicos o de materiales innovadores, esta preocupación también puede manifestarse en el esfuerzo volumétrico que asegura la preservación de los elementos naturales existentes en el terreno. En este sentido, presentamos a continuación 15 ejemplos de casas diseñadas para preservar los árboles locales. Obras que demuestran cómo el respeto al entorno natural se traduce en decisiones formales, en las cuales la arquitectura se adapta a la naturaleza y no al contrario.
SO-IL (Solid Objectives – Idenburg Liu) es una firma de diseño arquitectónico con sede en Brooklyn, Nueva York, fundada en 2008 por Florian Idenburg y Jing Liu. Conocido por una arquitectura profundamente comprometida con los contextos sociales, culturales y ambientales, el estudio se centra en explorar materiales innovadores, crear experiencias espaciales fluidas y priorizar la sostenibilidad ecológica. El trabajo de SO-IL abarca diversas escalas y tipos de programas, reflejando su enfoque versátil hacia el diseño. En 2024, su proyecto de vivienda 450 Warren en Brooklyn fue seleccionado como Edificio del Año de ArchDaily por el público en la categoría de vivienda.
En su último libro, In Depth: Urban Domesticities Today, SO-IL explora el concepto en evolución de hogar en contextos urbanos contemporáneos, transformándolo "de una fuente de vulnerabilidad en una herramienta para el empoderamiento". El libro redefine la domesticidad como una experiencia activa y compartida, y examina cómo los arquitectos/as pueden abordar desafíos urbanos urgentes como la asequibilidad, la densidad y la sostenibilidad. El trabajo de SO-IL aboga por viviendas flexibles y resilientes que fomenten la comunidad mientras integran dimensiones ecológicas y sociales. ArchDaily habló con los arquitectos sobre las soluciones e ideas innovadoras presentadas en el libro, profundizando en cómo sus proyectos desafían sistemas convencionales y visualizan un futuro donde la arquitectura es una herramienta para el empoderamiento.
Tejer no es solo una habilidad técnica, sino también una forma de diseñar experiencias materiales. Participar en el proceso de tejido nos permite estructurar, comunicar, reflexionar y conectar con nuestros diseños. Al experimentar con diferentes estructuras de tela, obtenemos información sobre cómo los materiales se comportan bajo tensión y compresión. Este alcance nos ayuda a empujar los límites de los textiles y sus limitaciones, dando como resultado diseños que estiran y prueban las propiedades de los materiales.
En la arquitectura, el mecanismo constructivo del tejido centra el refugio en el proceso de construcción. En este sentido, el refugio se convierte en una manifestación directa de la producción de materiales. Además, el tejido ofrece numerosos beneficios ambientales y sociales al crear refugios que interactúan activamente con los materiales, herramientas, tecnologías y potenciales creativos, apoyando así la creación de lugares.
La arquitecta hondureña Ángela Stassano está contribuyendo al paisaje arquitectónico de Centroamérica con su investigación aplicada sobre diseños bioclimáticos. Con sede en San Pedro Sula, Honduras, sus proyectos se basan en técnicas patrimoniales locales para abordar las necesidades de los ambientes tropicales cálidos y húmedos. Stassano ha desarrollado su experiencia a lo largo de más de 30 años de investigación práctica, que culminó en una guía de arquitectura bioclimática que describe sus métodos de construcción en esta región. Uno de sus proyectos más notables, Las Casitas, es un complejo residencial que encarna esta investigación. El proyecto incluye múltiples casas tropicales energéticamente eficientes que aprovechan el clima local, lo que resulta en bajos costos operativos y de energía.
CityMakers, la comunidad global de arquitectos que aprenden de ciudades modelo y de sus “makers”, está trabajando con Archdaily para publicar una serie de artículos sobre Barcelona, Medellín y Róterdam. Sus autores son los propios arquitectos, urbanistas y/o estrategas de los proyectos que han transformado estas tres ciudades y que se estudian en las “Escuelas de Ciudades” y “Cursos-Documentales” realizados por CityMakers. En esta ocasión, Alejandro Restrepo Montoya, Director de Urbanismo y Arquitectura de Medellín, nos presenta su artículo “El urbanismo ambiental y las geografías urbanas, Medellín 2024-2027”
El plan urbano de Medellín se centra en responder cómo la planificación urbana puede mejorar la calidad de vida de las personas. Al desarrollar su propuesta, la ciudad está potenciando los beneficios sociales que estas prácticas urbanísticas pueden generar. Medellín hace énfasis en la utilización de sus condiciones naturales y ambientales tales como el valle, las quebradas, el río, las montañas y los cerros, para desarrollar criterios de planificación urbana que aborden las necesidades sociales.
El Premio Mies Crown Hall de las Américas (MCHAP) ha anunciado el ganador del quinto premio MCHAP.emerge: el Centro de Producción Comunitaria Las Tejedoras en Guayas, Ecuador, diseñado por el arquitecto Natura Futura José Fernando Gómez y el arquitecto Juan Carlos Bamba. El proyecto ofrece un centro para artesanas locales, proporcionándoles espacios para aprender, crear y exhibir sus creaciones textiles. El anuncio del ganador se hizo en la Conferencia sobre Práctica Crítica celebrada en el S. R. Crown Hall de Mies van der Rohe, un evento inaugural que reunió a los cuatro finalistas de MCHAP.emerge para abrir conversaciones sobre el futuro de la profesión de la arquitectura en las Américas.
La arquitectura de América Latina es rica y diversa, y esto también se refleja en los tipos de piedra utilizados a lo largo de los siglos en sus diferentes regiones. Estos materiales no solo reflejan la geología variada de América Latina, sino que también muestran cómo las culturas locales adaptaron sus métodos de construcción a las condiciones naturales, creando una arquitectura única y significativa. En la arquitectura contemporánea, el uso de la piedra está alineado con las premisas de la sostenibilidad al ser un material duradero, con baja huella de carbono y localmente disponible. Su atractivo también puede ser enaltecido desde el punto de vista estético, creando espacios atemporales y que fortalecen la relación con la naturaleza y el paisaje circundante.
El concepto de permacultura hace referencia a un sistema de diseño capaz de crear medioambientes humanos sostenibles en base a una ética y una serie de principios de diseño ecológico, ambiental y de resiliencia. En contacto con plantas, animales, construcciones e infraestructuras como agua, energía y/o comunicaciones, la permacultura analiza las relaciones posibles entre estos elementos por cómo se posicionan en el paisaje. Sus 12 principios de diseño pueden aplicarse en múltiples proyectos de arquitectura de diversa escala y programa colaborando, por ejemplo, en la difusión de nuevas maneras de reducir los consumos de energía en las viviendas, ahorrar agua a través de la recolección de agua de lluvia o el reciclaje de aguas grises para los sistemas sanitarios, huertas y demás, y participar en la producción de alimentos, entre otras cuestiones.
¿Cómo la industrialización y la responsabilidad ambiental pueden ir de la mano? ¿Qué estrategias de emplazamiento, tecnológicas o constructivas se pueden desarrollar sin perjudicar el paisaje circundante? La aplicación del módulo en la arquitectura se ha puesto en práctica desde hace ya años con una historia que involucra la búsqueda de la estandarización y coordinación modular entre materiales, productos y demás. Con el correr del tiempo, se ha ido complementando de diversos factores ambientales, sustentables, ecológicos y económicos con el fin de alcanzar la adaptabilidad y funcionalidad deseada por sus habitantes.
El uso de plantas para filtrar las impurezas de lagos y ríos ya es una práctica común dentro del contexto de la sostenibilidad. Se trata de una alternativa que desconsidera agentes químicos artificiales en favor del mantenimiento de un ecosistema equilibrado. Ahora, estudiantes de la Escuela de Diseño de Rhode Island (RISD), una facultad de artes plásticas y diseño en Estados Unidos, fueron más allá de esta premisa, creando parterres flotantes hechos de micelio para limpiar los cursos de agua de contaminantes y al mismo tiempo restaurar el hábitat de áreas húmedas.
Mientras algunos buscan alternativas en otros planetas, y otros buscan refugios en mundos virtuales, paradójicamente, el futuro parece ser la tierra. Esta tal vez sea una de las grandes lecciones del año 2023. Comprender esto implica tomar conciencia, también, de que nuestro planeta está siendo agotado, y una gran parte de esta responsabilidad pertenece a las cadenas productivas que involucran a la arquitectura y la construcción civil.
Si todavía hay algo que se puede hacer para mitigar la crisis climática y ambiental en la que nos encontramos, necesariamente deberá pasar por una revisión de todos los paradigmas que definen la industria. Es necesario cambiar el enfoque y buscar otras narrativas sobre las cuales sustentar los modos de hacer arquitectura a escala planetaria. Estas ideas han resonado en muchas voces este año, al mismo tiempo que se hubo una gran atención a la escala, los valores y las culturas locales. Las entrevistas seleccionadas aquí cuentan historias sobre la comunidad, el medio ambiente, las ciudades, y las nuevas narrativas para la arquitectura del 2023.
En un viaje reciente a Estados Unidos, miré por la ventana del avión al despegar desde Tampa, Florida, y me llamó la atención el perfecto paisaje verde de los suburbios estadounidenses. Secuencias organizadas de árboles que parecían iguales, cubriendo el territorio plano como una alfombra verde. Para algunos, el verde puede parecer un sueño de sostenibilidad integrada al medio ambiente.
Nada podría estar más lejos de la verdad. Los suburbios estadounidenses, basados en el concepto obsoleto de la "ciudad jardín", fueron diseñados para fomentar el automóvil, la vivienda unifamiliar de baja densidad y la zonificación de actividades. Este modelo hace que el transporte activo (a pie o en bicicleta) junto al transporte masivo, que requiere densidad y caminabilidad, sean inviables.
En los últimos años, la búsqueda de enfoques más sostenibles y ecológicamente responsables se ha convertido en una tendencia creciente en varias áreas, incluidos los proyectos de arquitectura de interiores. Entre muchos elementos, el bambú ha ganado protagonismo por su versatilidad, especialmente en comparación con otros materiales, al ofrecer innumerables posibilidades creativas de uso y tratamiento para la creación de espacios elegantes y más conscientes con el medioambiente.